COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN …

Competencias digitales y colectivos en riesgo de exclusión en España

Determinantes en el contexto de la COVID-19

junio 2021

Competencias digitales y colectivos en riesgo de exclusión en España Determinantes en el contexto de la COVID-19

Autores

Laura Hernández, Ivie Joaquín Maudos, Ivie y Universitat de València

EDICIÓN

Susana Sabater, Ivie

DOCUMENTACIÓN Belén Miravalles, Ivie

con el apoyo técnico de los departamentos de Educación y Economía de la Fundación Cotec: Aleix Pons, director Economía Ainara Zubillaga, directora Educación Josep Bosch, técnico Economía Iria Mata, técnico Educación

Ín DI CE

7

1. Introducción

13

2. Metodología

3. Evolución temporal de la frecuencia de uso de Internet por grupos demográficos y socioeconómicos

19 21 25 28 32 35 42 47 54 61 64

3.1. Personas que nunca han utilizado Internet

3.2. Personas que han utilizado Internet en los últimos 3 meses

3.3. Personas que han utilizado Internet diariamente

4. Habilidades digitales

4.1. Habilidades relacionadas con el manejo de información 4.2. Habilidades relacionadas con la comunicación 4.3. Habilidades relacionadas con la resolución de problemas 4.4. Habilidades relacionadas con el manejo de software

4.5. Habilidades digitales globales

4.6. Habilidades digitales globales por comunidades autónomas

5. Confianza en un mercado laboral automatizado y en Internet, y ciberseguridad

68 70 74

5.1. Percepción social sobre la automatización e Internet

5.2. Grado de confianza en Internet

6. Análisis multivariante de los determinantes de las habilidades digitales

78 79 86 92 94 98

6.1. Determinantes de las habilidades digitales y «efecto COVID»: regresiones probit

6.2. Regresiones tipo probit ordenado

7. Conclusiones

7.1. Resumen de resultados

7.2. Reflexiones finales

Anexo 1: Intensidad de uso de Internet y competencias digitales en las comunidades autónomas españolas

101

Anexo 2: Nota técnica sobre modelos de regresión probit ordenados y binarios

119

122

Referencias

INTRO DUC CIÓN

01.

El fenómeno de la digitalización ha irrumpido con fuerza durante las últimas dos décadas, hablándose incluso de una cuarta revolución industrial (4.0). Esta revolución digital se ve reflejada en multitud de innovaciones y aplicaciones tecnológicas que alteran la manera de vivir, trabajar, aprender, hacer negocios, disfrutar del ocio, comunicarse y relacionarse de las personas. Su importancia es del tal calibre en el contexto de la crisis económica de la COVID-19 que la digitalización es uno de los pilares o palancas sobre las que se apoya el plan europeo de reconstrucción.

7

COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA

Las transformaciones tecnológicas asociadas a la digitalización en el ámbito económico giran en torno a tres ejes fundamentales: la automatización de procesos en el ámbito laboral, que sustituye o transforma las tareas realizadas por los trabajadores; la digitalización de bienes, servicios y multitud de actividades en datos e información tratable a distancia, que permite reconfigurar los modelos de negocio de las empresas; y la revolución digital de las condiciones y mercados laborales con el desarrollo de las plataformas digitales (Pérez et al. 2020). En el ámbito social, pero que también afecta a las empresas, las aplicaciones son muy variadas, pasando por las facilidades que ofrece la administración y la banca electrónica, las redes sociales en el ámbito de la comunicación y la publicidad, las plataformas digitales de búsqueda de empleo o el comercio electrónico. Evidentemente, estos ejes se apoyan en una transformación fundamental: la conectividad que permite que los datos fluyan, que las personas se comuniquen, trabajen e intercambien bienes y servicios independientemente de su localización, y que se conecten más y más objetos a Internet (Internet de las cosas) (Comisión Europea 2020a). La dotación de equipamiento TIC (además del acceso a Internet, dispositivos como ordenadores, tabletas, smartphones , etc.) conforma un primer paso fundamental que facilita el acceso a la digitalización, pero este equipamiento no es condición suficiente que garantice beneficiarse plenamente de sus oportunidades. Para que el potencial de la digitalización se haga efectivo, se necesita un elemento clave: el adecuado aprovechamiento de las inversiones TIC. Para ello, tanto individuos como empresas e instituciones han de contar con las competencias tecnológicas y digitales que permitan implementar los desarrollos de las TIC. Por lo tanto, las políticas — tanto de las Administraciones públicas (AA. PP.) como las de las propias empresas— han de apostar decididamente por potenciar las oportunidades que ofrece la digitalización al mismo tiempo que se intentan paliar y minimizar

sus riesgos. De acuerdo con la Comisión Europea (2020a), los beneficios derivados de las tecnologías digitales no están exentos de riesgos y de costes, en el sentido de que muchas personas se muestran preocupadas por lo que sucede con sus datos personales. Asimismo, la ciberactividad maliciosa puede poner en peligro el bienestar o perturbar infraestructuras críticas e intereses de seguridad más amplios. Adaptarse a la digitalización supone una gran oportunidad para países, individuos y empresas, pero puede convertirse en un gran riesgo si esta no se aprovecha adecuadamente. La Comisión Europea afirma que quiere una sociedad en la que «toda persona debe tener la oportunidad de prosperar, elegir libremente y con seguridad y participar en la sociedad, con independencia de su edad, género o situación profesional» (pp. 1-2). El gran riesgo asociado a la digitalización es la desigualdad que surge entre los que se adaptan a ella y los que no lo hacen, con consecuencias sobre el tejido económico y social que pueden llegar a frenar el crecimiento y la productividad de los que peor se adaptan, e incluso generar determinadas formas de exclusión (social, laboral, financiera, etc.). No todo el mundo tiene la capacidad de utilizar las tecnologías digitales de manera óptima, lo cual entraña una nueva forma de desigualdad: una brecha digital que puede llegar a reforzar la desigualdad socioeconómica existente (OCDE 2019b). En este sentido, la mejora de la educación y las capacidades constituye una parte fundamental de la visión general de la transformación digital en Europa (Comisión Europea 2020a), ya que las empresas necesitan empleados con destreza digital para prosperar en un mercado mundial impulsado por la tecnología y los mismos trabajadores necesitan competencias digitales para tener éxito en un mercado de trabajo cada vez más digitalizado y en rápida evolución. Como hemos señalado anteriormente, la Comisión Europea es muy consciente de la importancia de la digitalización, hasta el punto de ser uno de los

8

01 | INTRODUCCIÓN

ejes sobre los que se asienta la reconstrucción de la economía europea tras el impacto de la COVID-19. Así, una parte importante de los 750.000 millones de euros del Next Generation UE tienen como objetivo la transformación digital, que junto a la inversión verde, la inclusión social y la lucha contra la desigualdad de género, constituyen los ejes sobre los que se asienta el plan de recuperación. Recientemente, en marzo de 2021, la Comisión Europea 1 ha propuesto también una Brújula Digital Europea para hacer realidad las ambiciones digitales de la Unión Europea para el año 2030, y uno de los cuatro puntos en torno a los que gira es el de «ciudadanos con capacidades digitales y profesionales del sector digital altamente cualificados», que se concreta en que para 2030 «al menos el 80 % de todos los adultos deberían tener competencias digitales básicas y debería haber veinte millones de especialistas TIC en la UE, con más mujeres adoptando este tipo de trabajo». El resto de puntos se centran en infraestructuras digitales seguras, eficaces y sostenibles; transformación digital de las empresas; y digitalización de los servicios públicos. Asimismo, una mayor incorporación de estudiantes (especialmente mujeres) a carreras STEM (por sus siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en el ámbito tecnológico permitirá aumentar los beneficios de la digitalización al incorporar mayor capital humano especializado en el mercado de trabajo. No obstante, disponer de unas adecuadas competencias digitales no se circunscribe únicamente al ámbito laboral, ya que en el ámbito privado permiten una mejor inclusión y participación en la vida social. En el mercado laboral la Comisión Europea ya anticipaba en 2017 (Curtarelli et al. 2016) que el 90 % de los trabajos, y en especial los relacionados con ingenierías, medicina, enseñanza, contabilidad, desarrollo de software , periodismo, así como técnicos, administrativos y trabajadores cualificados en la agricultura, requieren, al menos, de competencias

digitales básicas. La digitalización llevará no solo a la creación de nuevos puestos de trabajo, sino algunos más tradicionales pasen a digitalizarse. La digitalización tiene diferentes efectos sobre el mercado de trabajo. Por un lado, creando nuevos puestos de trabajo a través de la generación de nuevos modelos de negocios, productos, servicios o maquinaria, así como reduciendo los costes de producción (Valsamis et al . 2015). Pero por otra parte existe un riesgo potencial de destrucción de empleos o tareas a través de su eliminación o el traslado de esos empleos a países o regiones con menores costes laborales. Andrés y Doménech (2020) apuntan a dos riesgos potenciales que afectan directamente al mercado de trabajo: 1) la posibilidad de un desempleo tecnológico masivo a través de la sustitución de trabajadores por máquinas y algoritmos; y 2) que el proceso de digitalización afecte de manera desigual a distintos grupos sociales y a la calidad de los nuevos empleos generados. Los autores apuntan a una evolución dispar de la demanda de trabajo por tipos de ocupaciones a través de la eliminación de puestos de trabajo de la zona media de la distribución salarial (más propensa al trabajo rutinario y codificable) y del aumento de la demanda de los empleos en los extremos, más difícilmente codificables: los mejor y los peor pagados. A nivel internacional ciertos autores han observado polarización en los mercados laborales: las ocupaciones de salarios medios han disminuido al mismo tiempo que aumentan las ocupaciones con salarios más reducidos (Acemoglu 1999; Autor, Katz y Kearney 2006). Más recientemente, Autor (2019) observa que en Estados Unidos los trabajadores en áreas urbanas con niveles

1. Communication from the Commission to the Europe-an Parliament, The Council, the European Economic and Social Committee and the Committee of the Regions: 2030 Digital Compass: the European way for the Digital Decade. Bruselas. Disponible en: https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/communication-digital- compass2030_en.pdf.

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COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA

educativos no universitarios realizan trabajos que requieren menos habilidades que en el pasado, con salarios estancados. Respecto a la polarización en el mercado de trabajo español, Sebastián (2018) constata que las tareas manuales han ido perdiendo peso entre 1995 y 2015, mientras que las tareas más abstractas y rutinarias aumentaron. Asimismo, Pérez et al . (2020) afirman que el impacto de la digitalización no solo afectaría a las posibilidades de sustitución del trabajo por otros factores o tecnologías productivas, sino también a su incidencia en el salario. En todo caso, para el caso español no parece existir homogeneidad en cuanto a los resultados obtenidos del fenómeno de la polarización. A este respecto, Sebastián (2017) apunta que puede ser más el resultado de la utilización de distintas fuentes estadísticas y supuestos metodológicos que el propio fenómeno de la polarización. De particular importancia resultará también cerrar brechas entre ámbitos urbanos y rurales, siendo estos últimos más propicios a carecer de competencias digitales e infraestructuras necesarias, dado el mayor aislamiento y el envejecimiento de su población. En cuanto a los colectivos identificados como de más riesgo, el Parlamento Europeo (2017) ya detectó que las mujeres tienden a utilizar con menor intensidad que los hombres habilidades TIC en sus puestos de trabajo. Por otra parte, se observaba que existen diferencias más notables si se compara la población por grupos de edad, siendo el grupo de mayor edad caracterizado principalmente por competencias bajas o básicas. Por lo general, los estudiantes tienen altos niveles de habilidades digitales, y entre la población ocupada, la distribución de personas con habilidades bajas, básicas y avanzadas era muy similar. También se detectaba que las habilidades digitales de la población ocupada eran mayores que las de la población en general.

La Comisión Europea (2020) tiene un proyecto llamado «The Digital Skills and Jobs Coalition», que pretende impulsar iniciativas dirigidas a cuatro grandes grupos de población: población en general (desarrollando habilidades digitales entre los ciudadanos para que sean activos en la sociedad digital), población activa (desarrollando habilidades digitales a través del perfeccionamiento y reciclaje de competencias digitales de trabajadores y parados, así como acciones de asesoramiento laboral), profesionales TIC (desarrollando todavía más sus habilidades en todos los sectores industriales), y educación (transformando la enseñanza y el aprendizaje de las habilidades digitales desde la perspectiva de la formación continua, incluyendo también la formación del profesorado). Este proyecto pretendía alcanzar los siguientes objetivos en 2020: a) Formar a un millón de jóvenes desempleados para cubrir ofertas de puestos de trabajo digitales a través de prácticas, contratos de aprendizaje o programas de formación; b) Apoyar el perfeccionamiento y reciclaje de la población activa (es decir, tanto de ocupados como de parados) y tomar medidas concretas para dar soporte a las pequeñas y medianas empresas que sufren mayores desafíos en atraer y mantener el talento digital así como para reciclar a sus trabajadores; c) Modernizar la educación y formación para ofrecer a todos los estudiantes y profesores la oportunidad de utilizar herramientas digitales y materiales en sus actividades formativas, así como desarrollar y perfeccionar sus habilidades digitales; y d) Reorientar y hacer uso de la financiación disponible para apoyar las habilidades digitales y concienciar acerca de la importancia de dichas habilidades para la empleabilidad, competitividad y participación en la sociedad. El Plan España Digital 2025 (Gobierno de España 2020), «recoge un conjunto de medidas, reformas e inversiones, articuladas en diez ejes estratégicos, alineados a las políticas marcadas por la Comisión Europea para el nuevo periodo» 2 , «orientadas a impulsar un crecimiento más sostenible e inclusivo, impulsado por las sinergias

2. 2021-2027.

10

01 | INTRODUCCIÓN

de las transiciones digital y ecológica, que llegue al conjunto de la sociedad y concilie las nuevas oportunidades que ofrece el mundo digital con el respeto de los valores constitucionales y la protección de los derechos individuales y colectivos». Entre esos diez ejes estratégicos figura uno relacionado con las competencias digitales, enfocado en reforzar este tipo de competencias entre los trabajadores y el conjunto de la población, con una meta para 2025 de un 80 % de personas con competencias digitales básicas, de las que un 50 % deberían ser mujeres. Las ventajas de la digitalización se han puesto claramente de manifiesto tras el estallido de la crisis de la COVID-19, pero también el riesgo de exclusión y de acentuación de desigualdades. Por un lado, la digitalización ha amortiguado el impacto de las medidas aprobadas para contener el contagio (como el confinamiento de la población y la restricción a las actividades económicas), gracias en gran parte al teletrabajo, el comercio online , el acceso a los servicios públicos a través de Internet, la educación a distancia, etc. Pero para aprovecharse de esas ventajas, además de poseer la tecnología, hay que contar con las necesarias habilidades. Vivir al margen de la digitalización (ya sea por falta de medios o de conocimientos) va a suponer un aumento de las desigualdades, y puede abocar a nuestras empresas al cierre, con la consiguiente pérdida de empleo. También puede aumentar la desigualdad salarial, ya que los sectores y ocupaciones donde más implementado está el teletrabajo suelen coincidir con los que disfrutan de mayores salarios. Además, el impacto de las medidas adoptadas para frenar la pandemia es desigual entre sectores en función de la posibilidad que tienen para mantener sus ventas online , una prueba más de la importancia de la digitalización para amortiguar riesgos. Una consecuencia directa de las medidas tomadas durante el confinamiento es que, cuando poco a poco la actividad económica se recupere, dada la experiencia vivida, muchas empresas seguramente opten por regularizar e implantar, en

mayor medida, el teletrabajo entre sus plantillas y en diseñar sus páginas web y sus procesos organizativos para la venta online . Además, muchas personas fuera del mercado de trabajo habrán interiorizado tareas digitales como la compra, la interacción con las administraciones, la formación y la banca online . Por este motivo, en ambos casos (empresas y personas), poseer experiencia y habilidades digitales supone una gran ventaja. En este contexto, este informe tiene como objetivo identificar los colectivos con mayor riesgo de quedar excluidos de la economía y la sociedad digital en España, por no poseer las habilidades y conocimientos necesarios, prestando especial atención a distintas dimensiones de las competencias digitales. En concreto, analizamos las diferencias en las habilidades digitales en cinco colectivos: parados vs. ocupados vs. inactivos, personas mayores frente a las más jóvenes, personas con mayor nivel formativo frente a las menos formadas, extranjeros frente a nacionales, y mujeres frente a hombres. Son por tanto desigualdades relacionadas con la situación laboral, la edad, el nivel educativo, la nacionalidad y el género. La consecución de este objetivo se desarrolla en dos fases. En la primera se lleva a cabo un análisis descriptivo de los distintos colectivos señalados en dos dimensiones: frecuencia y uso de Internet, y nivel de competencias digitales. En una segunda fase se identifican los determinantes del nivel de competencia digital de las personas y se cuantifica su influencia a través de un análisis econométrico multivariante. Este análisis permite entender mejor las particularidades de los distintos colectivos y puede ayudar a definir las políticas dirigidas a reducir la brecha digital. A lo largo del todo el informe se presta especial atención a lo acontecido en 2020, año excepcional con motivo de la crisis de la COVID-19. Nuestro interés es analizar si hay un «efecto COVID» tanto en lo que se refiere al uso

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COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA

de Internet como a las habilidades digitales. Como se demuestra en el informe, en términos generales no hay un «efecto COVID» ya que, si bien ha aumentado el uso de Internet en 2020, el crecimiento no ha sido mayor que el que tuvo lugar de 2018 a 2019, por lo que ha continuado la tendencia positiva iniciada hace años. Pero donde sí se constata la existencia de ese «efecto COVID» es en determinados usos de Internet, como la utilización de las redes sociales, el comercio electrónico, la banca online y las relaciones con las Administraciones públicas. Ese efecto difiere en los colectivos señalados, aspectos que se analizan en este informe, centrado en las desigualdades en las habilidades digitales de la población. El informe realiza un análisis comparativo de la intensidad de utilización de Internet en España en el contexto internacional, ofreciendo información de los países de la UE-27, incluyendo también Reino Unido. En el caso de las habilidades digitales, que es el foco central del informe, la comparativa se extiende también al ámbito regional, aportando en este caso información de las comunidades autónomas españolas 3 . Este análisis regional se complementa con el anexo 1 de este documento en el que para cada una de las comunidades se ofrece una ficha con los principales datos de intensidad de uso de Internet

y del nivel de competencias digitales, con una valoración a modo de resumen de cada una de las comunidades y su posición en el ranking regional. Para alcanzar el objetivo señalado, la estructura del informe es la siguiente. En la sección 2 se describe la metodología aplicada en el desarrollo de la investigación, presentando la base de datos utilizada, sus variables y la construcción de los indicadores de competencias digitales. La sección 3 se centra en el análisis de la frecuencia de uso de Internet, analizando tanto las diferencias entre los colectivos señalados como la posición de España en el contexto europeo. La sección 4 pone el foco en las habilidades digitales de la población, cuantificando las diferencias que existen en España en los colectivos de interés y también aportando una comparación internacional. También se incluye un análisis de las diferencias en las habilidades digitales globales de las regiones españolas. En la sección 5 se analizan las diferencias en la confianza que los grupos identificados tienen en la digitalización y en la ciberseguridad. En la sección 6, a través de un análisis econométrico, se cuantifica el efecto que tiene pertenecer a un determinado colectivo de riesgo sobre las habilidades digitales, así como las diferencias observadas entre el año 2019 y 2020. Finalmente, las conclusiones del informe se presentan en la sección 7.

0

3. Sin mostrar información para Ceuta y Melilla, por su menor representatividad muestral.

12

METO DOLO GÍA

02.

Para ayudar a la evaluación de los países en el desempeño de las distintas dimensiones de la digitalización, la Comisión Europea elabora desde 2014 el índice sintético DESI (por sus siglas en inglés, Digital Economy and Society Index ): Índice de la Economía y Sociedad Digitales. En el último informe publicado en junio de 2020 con datos de 2019 (último disponible en el momento de redactar estas líneas) (Comisión Europea 2020b), España ocupa la posición 11 de la UE-28 (gráfico 1), con un valor del índice superior al promedio europeo (lo que suele interpretarse como un mayor rendimiento digital) y por encima de países como Alemania y Francia. España se sitúa en un lugar relativamente avanzado en las dimensiones de infraestructuras y servicios públicos digitales, pero su situación es más preocupante en la dimensión de capital humano. Bajo esta última dimensión se evalúan las competencias digitales, el peso de los especialistas TIC en el empleo y el de los graduados en las áreas educativas STEM. Pese a que el porcentaje de personas con habilidades digitales al menos básicas se sitúe en torno a la media europea, resulta fundamental prestar atención a los colectivos de población con menores niveles de competencias digitales, que son los que mayor riesgo sufren de ser excluidos digitalmente. La Comisión Europea, a través de Eurostat (2021c), plantea un indicador de competencias digitales de la población para integrarlo como parte de la dimensión de capital humano en el índice DESI de digitalización de los países miembros. Este indicador se nutre de la información proveniente de las encuestas TIC a hogares de los países europeos (Encuesta TIC-H en el caso español). Las cuatro dimensiones consideradas en la construcción de este índice de habilidades digitales pueden servir de base para la exploración y mejor comprensión de las actividades que se tienen en cuenta a la hora de evaluar las habilidades digitales en España:

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02 | METODOLOGÍA

Gráfico 1 | Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI), 2020.

Finlandia Suecia Dinamarca Países Bajos Malta Irlanda Estonia Reino Unido Bélgica Luxemburgo España Alemania Austria Lituania Unión Europea Francia Eslovenia Rep. Checa Letonia Portugal

14,8

72,3

19,6

11,5

13,4

13,0

17,9

11,4

12,4

11,9

69,7

16,1

15,3

11,3

13,0

13,1

69,1

16,5

16,0

11,3

13,1

12,1

67,7

15,1

15,4

9,9

11,0

11,7

62,7

14,7

61,8

14,1

9,3

14,9

12,1

11,4

16,7

9,8

8,2

13,4

61,1

13,0

15,8

11,0

10,8

10,6

60,4

12,2

12,6

9,2

13,2

10,8

58,7

13,0

14,6

8,8

7,6

11,1

57,9

15,8

11,9

9,1

8,2

13,1

57,5

15,2

14,1

9,2

7,9

10,0

56,1

14,8

14,2

8,1

8,1

12,1

54,3

11,8

11,0

8,6

9,9

12,2

53,9

12,2

12,3

8,7

8,3

10,8

52,6

12,5

11,9

8,0

8,4

11,5

52,2

12,5

12,1

7,8

8,2

10,6

51,2

12,6

12,2

8,1

9,9

9,4

50,8 50,7

11,2

8,8

8,1

5,7

12,8

15,4

9,4

7,2

8,2

11,3

49,6

13,5

Croacia Hungría Eslovaquia Polonia Chipre Italia Rumanía Grecia Bulgaria

12,3

8,3

8,3

8,4

47,6 47,5

10,3

10,5

8,4

5,1

8,7

14,9

10,5

8,0

6,5

8,3

45,2

11,9

9,3

7,4

5,2

10,1

45,0

12,8

9,0

8,2

6,9

10,3

44,0

9,6

8,1

6,7

6,2

10,1

43,6

12,5

8,3

5,4

5,0

7,3

40,0

14,0

8,7

6,9

5,6

7,7

37,3

8,3

8,5

5,5

3,6

9,3

36,4

9,6

0

10

20

30

40

50

60

70

80

1. Conectividad

2. Capital humano

3. Uso de servicios de internet 5. Servicios públicos digitales

4. Integración de la tecnología digital

Fuente: Comisión Europea (2020b).

15

COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA

1. Competencias y habilidades relacionadas con la información: se considera que el nivel de competencias es básico si los encuestados han realizado una de estas actividades y por encima del básico (avanzado) si han realizado más de una. • Mover o copiar ficheros o directorios. • Guardar ficheros en espacio de almacenaje en Internet. • Obtener información de páginas web de servicios o Administraciones Públicas. • Encontrar información sobre bienes y servicios a través de Internet. • Buscar información relacionada con la salud. 2. Competencias y habilidades relacionadas con la comunicación: se considera que el nivel de competencias es básico si los encuestados han realizado una de estas actividades y por encima del básico (avanzado) si han realizado más de una. • Envío/recepción de correo electrónico. • Participación en redes sociales. • Llamadas telefónicas o videollamadas a través de Internet. • Subida de contenido propio a alguna página web para ser compartido. 3. Competencias y habilidades relacionadas con la resolución de problemas: se considera que el nivel de competencias es básico si los encuestados han realizado una o más actividades solo del bloque A o solo del bloque B, y por encima del nivel básico (avanzado) si han realizado al menos una actividad tanto del bloque A como simultáneamente del bloque B.

Bloque A: resolución de problemas en entornos digitales:

• Transferencia de ficheros entre ordenadores o dispositivos. • Instalación de software y aplicaciones. • Cambio de la configuración de cualquier tipo de software .

Bloque B: familiaridad con otros servicios online :

• Compras online . • Ventas online . • Utilización de recursos de aprendizaje online . • Banca a través de Internet.

4) Competencias y habilidades relacionadas con el manejo de software (competencias informáticas): se considera que el nivel de

competencias es básico si los encuestados han realizado una o más actividades del bloque A y ninguna del bloque B, y por encima del nivel básico (avanzado) si han realizado al menos una del bloque B.

Bloque A

• Manejo de software de procesamiento de texto. • Manejo de hojas de cálculo. • Manejo de programas para editar fotos, vídeo o ficheros de audio. Bloque B • Creación de presentaciones o documentos que integren texto, imágenes, tablas o gráficos. • Manejo de funciones avanzadas en las hojas de cálculo para organizar y analizar datos. • Escribir código en algún tipo de lenguaje de programación.

16

02 | METODOLOGÍA

El indicador global de competencias digitales de la Comisión Europea se define con los siguientes cinco niveles: 1) «por encima del nivel básico (o avanzadas)» si en las 4 dimensiones se está por encima del nivel básico; 2) «básico» si se obtiene un nivel básico en al menos una de las 4 dimensiones y en ninguna de las dimensiones se puntúa como «sin habilidades»; 3) «bajo» si se puntúa como «sin habilidades» entre una y tres de las dimensiones; 4) «sin habilidades» significa que no se han realizado ningún tipo de actividades en ninguna de las 4 dimensiones, aun habiendo declarado haber usado Internet al menos una vez en los últimos 3 meses; y 5) «sin evaluación» es la categoría para los individuos que ni siquiera han utilizado Internet durante los últimos 3 meses 4 . La fuente de información a utilizar parte de los microdatos de la «Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación de los hogares» (Encuesta TIC-H) del INE. Esta encuesta comenzó a realizarse en el año 2002, pero no fue hasta 2006 cuando la metodología se homogeneizó con la de Eurostat. Por lo tanto, 2006 es un buen año de partida para poder realizar un seguimiento lo más exhaustivo posible de los indicadores de frecuencia de uso de Internet a lo largo del tiempo. El número de observaciones de individuos de la encuesta oscila entre cerca de 27.400 en el año 2006 y alrededor de 12.600 en el año 2020. La encuesta centra la atención en las viviendas familiares principales y las personas residentes en ellas con 16 o más años en el momento de la entrevista, de las cuales se selecciona a una aleatoriamente para responder a las preguntas exhaustivas relacionadas con el uso de Internet, el comercio electrónico, etc. Adicionalmente, si en la vivienda existen menores de 10 a 15 años, se les plantea una serie de preguntas mínimas relacionadas con el tema. Por motivos de homogeneidad y comparabilidad con los datos publicados por Eurostat, los resultados que publica el INE se refieren a viviendas habitadas por al menos una persona entre los 16 y los 74 años y a personas en ese mismo rango de edad 5 .

La estructura del cuestionario de la encuesta en la última oleada de 2020 es la siguiente:

1. Información TIC sobre la vivienda.

Bloque I

Composición del hogar.

Bloque II

Equipamiento del hogar en tecnologías (ordenadores, teléfono, móviles…).

Bloque III Tipo de acceso a Internet utilizado en la vivienda.

2. Información TIC sobre menores de 10 a 15 años residentes en la vivienda: preguntas relacionadas con el uso de ordenadores, Internet y teléfono móvil (Bloque IV).

3. Información TIC sobre la persona seleccionada en la vivienda.

Bloque V Uso de teléfono móvil e Internet, dispositivos de acceso y actividades realizadas. Bloque VI Administración electrónica. Bloque VII Comercio electrónico. Bloque VIII Conocimientos informáticos. Bloque IX Privacidad y protección en Internet. Bloque X Confianza, seguridad y privacidad en Internet. Bloque XI Internet de las cosas. Bloque XII Características socioeconómicas de la persona seleccionada.

4. Por lo tanto, existen cuatro niveles de habilidades para las cuatro dimensiones de competencias digitales («avanzadas», «básicas», «sin habilidades» y «no evaluables»), mientras que para el indicador global de competencias digitales se obtiene también el nivel de «habilidades bajas». 5. Sin embargo, en los ficheros de microdatos se ofrecen los resultados completos incluyendo a toda la población objetivo de la encuesta.

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COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA

Dado que el mundo de las TIC es muy dinámico, además de estar en constante evolución, resulta imposible para el INE intentar investigar todos sus aspectos en un solo cuestionario correspondiente a una sola edición de la encuesta (INE Encuesta TIC-H). Por lo tanto, el cuestionario de la Encuesta TIC-H es dinámico a lo largo de las distintas ediciones, ya que incorpora módulos de diferente periodicidad y nuevos apartados como consecuencia de la evolución de las nuevas tecnologías y de las necesidades de información de los usuarios. Las novedades son debidas a las modificaciones para cumplir con los requerimientos mínimos del modelo de cuestionario propuesto por Eurostat y los compromisos con otras instituciones. Por ejemplo, en 2020 no se incluye el bloque sobre seguridad y confianza en Internet. Asimismo, los resultados presentados en este informe pueden variar sensiblemente respecto de los presentados por el INE debido a un efecto redondeo en la web del INE.

0

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Evolución temporal de la frecuencia de uso de Internet por grupos demográficos y socioeconómicos

03.

La frecuencia de uso de Internet está muy relacionada con las habilidades digitales de la población, de manera que cuanto mayor es la frecuencia de uso mayores suelen ser las habilidades asociadas, y viceversa. No obstante, conectarse a Internet con relativa frecuencia tampoco tiene por qué garantizar unos conocimientos avanzados en todas las dimensiones contempladas en el indicador de habilidades digitales.

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03 | EVOLUCIÓN TEMPORAL DE LA FRECUENCIA DE USO DE INTERNET

Lo importante en este sentido no es solo conectarse con frecuencia, sino saber qué tipo de actividades es capaz de realizar la población cuando accede a Internet. Respecto a los colectivos menos avanzados en cuanto a acceso a Internet, resulta fundamental disminuir la proporción de los que nunca lo han hecho, así como aumentar la frecuencia de uso de los más vulnerables, como personas mayores, con estudios básicos o inactivos, como se verá a continuación. En este apartado se analiza la frecuencia de utilización de Internet, centrándonos en las diferencias que existen entre los colectivos señalados. De las frecuencias que ofrece la base de datos TIC-H del INE, nos vamos a centrar en tres: los que ntunca han utilizado Internet, los que lo han utilizado los últimos tres meses y los que lo utilizan diariamente. De esa forma, y en aras a la brevedad, dejamos fuera del análisis la frecuencia anual (es muy similar a la de 3 meses), mensual y semanal.

3.1. Personas que nunca han utilizado Internet

Como muestra el gráfico 2, en la actualidad apenas existen diferencias en el porcentaje de personas que nunca han utilizado Internet por sexo y nacionalidad. Para el total de personas, de 2006 a 2020 el porcentaje ha caído casi 42 puntos porcentuales (pp), hasta situarse en el 6 %. Según sexo, ha habido un proceso de convergencia en el que la diferencia entre hombres y mujeres ha pasado de 5,5 pp en 2006 a 0,4 pp más de mujeres que nunca habían accedido a Internet en 2020. Por nacionalidad, se ha seguido también un proceso de convergencia, aunque algo más errático 6 . En todo el periodo analizado, el porcentaje siempre es mayor en los nacionales que en los extranjeros, con una diferencia en 2020 de 3,3 pp.

6. En parte puede deberse al reducido número de observaciones que hay en la encuesta para el colectivo de personas de nacionalidad extranjera.

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COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA

Gráfico 2. Personas de 16 a 74 años que nunca han utilizado Internet, según sus características demográficas y socioeconómicas. España, 2006-2020 (porcentaje).

a. Por sexo

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

Hombre Mujer Total

Fuente: INE (Encuesta TIC-H) y elaboración propia.

B. Por nacionalidad

C. Por grupos de edad

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

Nacionalidad española Nacionalidad extranjera Total

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

De 16 a 34 años De 35 a 54 años De 55 a 74 años Total

D. Por nivel educativo alcanzado

E. Por situación laboral

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

Estudiantes Inactivos Parados Ocupados Total

Estudios básicos Estudios medios Estudios superiores Total

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03 | EVOLUCIÓN TEMPORAL DE LA FRECUENCIA DE USO DE INTERNET

El proceso de convergencia entre grupos de personas ha ido acompañado de una reducción del porcentaje de los que nunca han utilizado Internet también cuando se categoriza por grupos de edad, nivel educativo y situación laboral, si bien los porcentajes siguen siendo mayores en las personas de más de 55 años, con estudios básicos e inactivos 7 . En la actualidad apenas existen diferencias en este indicador entre personas jóvenes (hasta 34 años) y de edad media (hasta 54) o entre personas con estudios superiores y estudios medios, y estas se han reducido de 12,5 a 2,5 pp entre ocupados y parados (es mayor el porcentaje en los parados). La convergencia también se ha materializado entre grupos extremos a lo largo del periodo analizado: entre mayores y jóvenes, entre estudios básicos y superiores, y entre inactivos y ocupados. Es de destacar que casi el 100 % de las personas de menos de 34 años (99,7 %), los que tienen estudios superiores (99,5 %) y los ocupados (98,9 %) han utilizado alguna vez Internet. Son los inactivos (19,2 %) y las personas de más de 55 años (16,9 %) los que presentan porcentajes más altos en no utilizar Internet, seguidos de aquellos con estudios básicos (14,1 %). Si bien el interés principal del informe es analizar las diferencias en el nivel de competencias digitales en España entre los colectivos señalados, también aporta información relevante la comparativa internacional. En el contexto de la UE y con los datos más recientes de 2020 8 , España se encuentra por debajo de la media, con un 6 % de personas que nunca han accedido a Internet, frente al 9 % del promedio de países europeos (cuadro 1). España se sitúa por detrás de países como Dinamarca, Suecia o Luxemburgo (con un 1 %), o Finlandia y Reino Unido (con un 2 %). Sin embargo, existen países con altos porcentajes de ciudadanos que nunca se han conectado a Internet, como Bulgaria, que más que triplica el porcentaje español (21 %), seguida de Grecia y Portugal (20 % y 18 %, respectivamente).

Por sexo apenas se observan diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto al porcentaje de los que nunca han accedido a Internet. El patrón general es que el porcentaje de mujeres es algo superior al de los hombres, sobre todo en Croacia, Grecia, Italia y Austria, aunque en Irlanda y Lituania el porcentaje de hombres supera al de mujeres en torno a los 3-4 pp. En 15 de los 27 países de la UE y en Reino Unido existe una mayor proporción de personas nacionales que extranjeras que nunca han utilizado Internet. Esta situación es más visible en países como Bulgaria, con 20 pp de diferencia, Portugal o Eslovenia (12 pp de diferencia). En España el peso de los nacionales que nunca se han conectado a Internet duplica al de extranjeros (3 % vs. 6 %), mientras que en el promedio europeo los extranjeros muestran 1 pp más de personas que nunca han utilizado Internet. Las mayores diferencias en proporción de personas que nunca han utilizado Internet se dan entre la población más envejecida y la más joven 9 . Al comparar el grupo de personas de 65 a 74 años con el de 16 a 24 años, se observan diferencias de 28 y 31 pp en España y la Unión Europea, respectivamente. Estas diferencias son más del doble en Grecia, Portugal y Bulgaria, y superan 40 pp en los países situados por encima del promedio europeo.

7. Se han eliminado los estudiantes del colectivo de los inactivos por homogeneidad de cara a la comparativa internacional con los datos disponibles de Eurostat. Además, su patrón de uso de Internet es bien distinto del resto de colectivos inactivos. De esta forma, lo que queda de inactivos en gran parte son personas mayores (pensionistas). Por eso, como se ve a lo largo del informe, el comportamiento de ambos grupos es muy similar. 8 2019 para Francia e Italia. 9. Los grupos de edad utilizados en la comparativa europea difieren de los utilizados en el análisis nacional ya que con los datos de Eurostat no es posible replicar estos últimos.

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COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA

Cuadro 1. Personas de 16 a 74 años que nunca han utilizado Internet, según sus características demográficas y socioeconómicas. Países de la Unión Europea-27 y Reino Unido, 2020 (porcentaje).

SEXO NACIONALIDAD GRUPO DE EDAD NIVEL EDUCATIVO SITUACIÓN LABORAL

Dinamarca

1 1

1

1 0 0 5 2 1 0 0 4 3 0 1 1 0 0 6 4 1 0 0 1 5 0 1 2 0 0 7 3 1 0 0 0 4 0 1 0 0 0 7 4 2 0 0 0 6 0 2

Suecia

1 1

1

Luxemburgo

1 1

1

Finlandia

1 2

2

Reino Unido

2 1

2

0 0 0 6

-

1 0 0 4 5 0

2

Países Bajos

4 4

3

13 3 4 6 8 2 1 2 7 8 4 4 4 0 1 19 10 4 1 1 6 15 0 4 7 0 2 22 16 4 1 1 5 17 0 6

Alemania

5 3

4

Bélgica España Irlanda

6 6

6

6 6 4 8

6 7

3 0 1

28 14

2 1 1

4

19 0 6

0

-

2 13 24 1 0 2 4 11

-

6

Eslovaquia

7 6

7

- 0 1 30 17 8 0 2 7 21 0 7 10 1 2 23 18 4 1 2 5 18 0 7 6 1 1 30 19 8 0 2 17 24 0 8 5 0 2 32 19 9 1 3 4 23 1 8 19 1 1 32 20 11 1 3 8 30 2 8 21 0 1 36 15 11 4 2 5 31 0 9

Francia

7 7

6

Rep. Checa

9 7

8

Austria

10 6

9

Letonia Estonia UE 27 Chipre

8 9

7

8 9

7

10

8

9 10 1 2 32 22 7 1 3 9 25 1 9

9 9

10

2 0 2 41 31 6 1 3 5 31 0 9 0 0 1 44 31 9 0 3 12 34 1 11 4 0 3 50 21 9 0 4 12 36 0 12 18 0 3 41 33 12 2 5 14 32 0 12 3 1 2 48 28 17 1 5 8 36 0 13 5 1 3 45 28 22 1 5 19 39 0 14 13 3 4 47 34 10 1 6 10 32 1 14 - 0 2 63 51 7 1 3 9 50 4 17 16 3 7 49 32 7 2 7 17 40 1 17 6 0 2 56 38 2 1 9 15 50 0 18 16 0 6 64 49 12 3 8 14 47 0 20 1 3 7 62 46 19 3 7 25 51 1 21

Eslovenia

13 10

12

Malta

13 12

13

Hungría

12 13

12

Polonia

13 13

13

Lituania

12 15

14

Rumanía

15 13

16

Croacia

21 13

17

Italia

19 15

17

Portugal

20 17

18

Grecia

23 17

20

Bulgaria

22 20

21

Fuente: Eurostat (2021b).

Nota: Países ordenados de menor a mayor porcentaje de personas que nunca han utilizado Internet. Datos de extranjeros no disponibles para Eslovaquia y Croacia, datos de jóvenes no disponibles para Irlanda, datos de estudios básicos no disponibles para Reino Unido y datos de estudiantes no disponibles para Irlanda. La información disponible de Eurostat no proporciona decimales, solo datos redondeados. Año 2019 para Francia e Italia.

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03 | EVOLUCIÓN TEMPORAL DE LA FRECUENCIA DE USO DE INTERNET

Otra característica que resulta también relevante para explicar diferencias por grupos de población es el nivel de estudios. Las diferencias en la proporción de personas que nunca han utilizado Internet entre las que poseen estudios básicos y estudios superiores son de 13 pp en España y de 21 pp en la UE. Estas diferencias no alcanzan los 5 pp en Dinamarca, Suecia, Luxemburgo y Finlandia, frente a países como Croacia y Grecia, con diferencias de 50 pp y 46 pp, respectivamente. La situación laboral de las personas muestra también perfiles claramente diferenciados si se comparan los contrastes de incidencia en personas ocupadas que nunca han utilizado Internet y las que se encuentran inactivas. Estas diferencias son más reducidas en España que en la Unión Europea (18 pp y 22 pp, respectivamente), y son especialmente intensas en Croacia (47 pp) y Bulgaria (44 pp). Entre los estudiantes la situación de no haberse conectado nunca a Internet es prácticamente inexistente, siendo los porcentajes más altos los que rondan el 4 % en Croacia y Países Bajos.

el intenso aumento del porcentaje de personas de más de 55 que utiliza Internet (se ha multiplicado por 6,6 hasta situarse en el 81,1 %). Por niveles de estudios, también las diferencias se han reducido, sin que hoy día apenas haya diferencia entre estudios medios y superiores (solo 1,6 pp). En el caso de las personas con estudios básicos, en 2020 el porcentaje de las que ha utilizado Internet en los últimos 3 meses es del 84,5 %, alrededor de 15 pp menos que el resto de niveles de estudios. En cuanto a la caracterización de las personas por situación laboral, también se ha producido un proceso de convergencia, ya que la diferencia en frecuencia de uso de Internet en los últimos 3 meses ha pasado de 45,4 pp en 2006 a 20,1 pp en 2020 entre ocupados e inactivos, y de 17,6 a 3,1 pp entre ocupados y parados. El 100 % de los estudiantes utiliza Internet, siendo el porcentaje cercano a esa cifra en los ocupados (98,7 %). Los inactivos son con diferencia los que presentan el menor porcentaje (78,6 %). En todos los casos, en 2020 se alcanza el valor máximo de la serie, si bien el crecimiento en este último año no es mayor que el experimentado en 2019, por lo que no existe un «efecto COVID». En el contexto de la UE, la frecuencia de uso de Internet en los últimos 3 meses (cuadro 2) es en España 6 pp superior a la media europea (93 % vs. 87 %), pero se sitúa por detrás de países como Dinamarca, Luxemburgo, Suecia, Finlandia y Reino Unido, todos por encima del 96 %. Por sexo no se observan diferencias sustanciales en los países de la UE y Reino Unido, siendo las más destacadas las de Croacia, Grecia e Italia, con porcentajes de hombres que han utilizado Internet en el último trimestre entre 5 y 7 pp superiores a los de las mujeres. En España la diferencia entre nacionales y extranjeros es de 4 pp a favor de las personas de nacionalidad extranjera, como ya se ha comentado anteriormente, mientras que en el promedio europeo existe una proporción algo mayor de nacionales que usaron Internet en los últimos 3 meses.

3.2. Personas que han

utilizado Internet en los últimos 3 meses

La frecuencia de utilización de Internet en los últimos 3 meses por grupos de personas muestra los siguientes rasgos (gráfico 3). Por sexo no hay diferencias en la actualidad. Por nacionalidad es 3,6 pp superior en los extranjeros; por grupos de edad ha habido un claro proceso de convergencia entre las personas de mediana edad y las más jóvenes, de forma que la diferencia que había en 2006 de 24,1 pp prácticamente ha desaparecido (1,7 pp en 2020), aunque también ha habido convergencia, y más intensa, entre los más mayores y el resto, por

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